En Un verano imperdonable, Gilbert Grellet describe los entresijos políticos, diplomáticos y culturales de una decisión que fue determinante para el posterior desarrollo de la Guerra Civil y, también, para el estallido de la Segunda Guerra Mundial: la no-intervención de las potencias democráticas europeas, Francia e Inglaterra. Figuras emblemáticas de la historia política del siglo xx como Léon Blum o Winston Churchill son descritas y enjuiciadas por su mayor sombra, la de no apoyar a la República española y contribuir así, en el mejor de los casos por omisión, al triunfo del bando nacional. La obra es una ágil narración en espejo, en la que se intercalan capítulos dedicados a los avances del general Franco (apoyados desde el principio por Hitler y Mussolini) y capítulos dedicados a las imperdonables tramas palaciegas de los gabinetes francés y británico. Relato de corte histórico, en el que los diálogos dan voz a los protagonistas de la Guerra Civil dentro y fuera de España, cuenta con la sólida base del notable conocimiento de los hechos que atesora Grellet.