Fermín Herrero realiza una pausa en su esfuerzo por afilar el verso, por adelgazar la poesía, en esta mirada al pasado que ha terminado por titular Fuera de encuadre. Sin romper del todo con su estilo sincopado, a veces como un tajo en la tierra, ni apartarse de su devoción temática por lo que podría denominarse la cultura del campo, en este retorno a la infancia y juventud no faltan claves de la cultura pop, como la música, el cine o la televisión. Su obsesión por la levedad del ser, por lo efímero de la vida, su desgarrada tristeza se atempera aquí gracias a la memoria: el descubrimiento de los primeros síntomas del amor, de una felicidad hecha cenizas. Con este poemario, el primero que publica después de haber obtenido el Premio Nacional de la Crítica, reafirma su madurez creativa y su esfuerzo constante por indagar en nuevos caminos creativos.