Resultó ser que el mundo no terminaba donde te habían contado... íEra mucho más grande!... aunque si resultó ser como te lo habían descrito: íAterrador! Con esas premisas bullendo en su mente atribulada Rodrigo se embarca, como grumete, en la primera flota con destino a la recién creada «Gobernación De La Ínsula De Cuquivacoa En Las Indias De La Mar Océano», pero que secretamente se dirige a La Costa de Las Perlas, en busca --no autorizada-- de La Rica: Una mítica isla --«en cuyas playas podréis llenar talegas de perlas y aljófares con vuestras manos»-- sospechada por los mejores Maestres de navegación de la época, aunque no reconocida públicamente por ninguno de ellos y cuya figurada ubicación era el secreto mejor guardado y el más codiciado de su tiempo. Esa fue la verdadera razón que los animó a desafiar los mayores peligros y las más angustiosas incertidumbres. Esos hombres audaces hasta la insensatez, primero fueron valientes héroes que, con su arrojo y determinación, se trasmutaron a sí mismos en Dioses inmortales... para al poco tiempo volver a ser hombres, comunes, corrientes... íy mortales! Esta es su bizarra historia como nunca antes te la habían contado.