En esta obra Mikel Azurmendi, tras su resonante éxito con Las brujas de Zugarramurdi, pone voz a los requetés de Olite que salieron a reclamar el derecho a mantener sus modos de vida tradicionales, proscritos y solapados por otros nuevos que les fueron impuestos. Aquellos navarros asumieron que no era posible defenderlos sino a costa de una guerra civil. Fueron individuos a los que las circunstancias históricas situarían en dos bandos antagónicos. El autor aborda sus conversaciones y motivaciones durante la rebelión armada siguiéndola en sus dos meses iniciales, que los llevaron de Pamplona a la toma de San Sebastián. El hilo narrativo es la crónica bélica de esos dos primeros meses de contienda, tal y como Azurmendi la ha recogido de diferentes partes de guerra, así como de numerosos diarios y apuntes de los propios protagonistas. Su trama de ficción la conduce un adolescente que huye de casa para enrolarse furtivamente en ese Tercio de Olite, al amparo de un viejo requeté. En ese muchacho se da una toma de conciencia paulatina de la crueldad del conflicto. Ese entramado sentimental -que un joven saliera a la guerra a buscar a su hermano menor, fugado de casa- fue no obstante un hecho que se prodigó entre los requetés, y que el autor ha tomado del caso concreto de aquel muchacho en fuga llamado Ignacio Hernando de Larramendi. Entender lo que realmente pasó es esencial para hacernos con la verdad, pero también para tener esperanza en un futuro compartido.