Dice Luis Alberto de Cuenca en el prólogo: "Jorge Manrique continúa siendo, más de medio milenio después de su paso por el mundo, un referente irrefutable para los escritores de hoy... Antonio Machado dejó escrito que tenía a Jorge Manrique instalado en el altar de sus devociones poéticas más acendradas... No ha habido poeta en los últimos doscientos años que, de forma explícita o implícita, haya dejado de llevar en las alforjas de su memoria lírica el legado manriqueño... Si alguien me pregunta -lo que ha sucedido muchas veces- cuál es mi poema favorito de nuestras letras, respondo de manera firme y tajante: las Coplas a la muerte de su padre".