En una fotografía aparece una mujer de espaldas. Muestra la nuca, exhibe la desnudez de su hombro, renuncia a mirar de frente. Impávida, sostiene un peinado contenido por una peineta. La mujer le da la espalda al fotógrafo y, una vez que el dedo de éste oprime el obturador, le da la espalda al mundo, a nosotros. Nu)n(ca es el resultado de un embrujo. Plantado frente a esa fotografía, Luigi Amara observa cómo se gesta un laberinto por el que luego divagará sin dejar un hilo que lo salve. El poeta asiste a la promesa de una revelación guardada con celo detrás del misterio de lo oculto. ¿De qué se guarda la mujer? ¿Qué esconde? Amara embiste estas preguntas y de la colisión emergen sus terrores conjurados, los territorios a los que renunció, la pira en la que arden los deseos no consumados.