Ramón Gómez de la Serna afirmó que lo que había que lograr al escribir era pillar a la muerte y a la vida abrazándose. Los poemas de La chica del verano quieren ser una fotografía de ese abrazo. También quieren ser el testimonio de un hombre que, permaneciendo fiel a sí mismo, es ya, sin embargo, un hombre distinto. El paso del tiempo, la felicidad, la tristeza, las distintas formas de amor y la esperanza son algunos de los temas que el lector podrá encontrar en este poemario.