El espacio, la luz, la naturaleza y la indescriptible euforia de quienes han soñado alguna vez con volar. Del autor de el hombre que plantaba árboles, un cuento perfecto. «De repente comprendió qué significaba la expresión "hasta perderse de vista". Era muy lejos. Incluso tanto que tal vez no existiera. Porque su propia vista no se perdía, simplemente llegaba hasta el lugar donde el tapiz del infinito se juntaba con el tapiz del cielo.»