Jerusha «Judy» Abbott es una huérfana de 17 años cuyo futuro parece ya marcado. Después de años de soledad y duro trabajo en el orfanato y con pocas posibilidades de prosperar, su vida da un vuelco inesperado pues el destino tiene reservadas todavía grandes sorpresas para ella. Todo cambia cuando es llamada al despacho de la directora e informada de que un miembro del consejo de administración del hogar para huérfanos, que prefiere permanecer en el anonimato, ha decidido convertirse en su benefactor y enviarla a la universidad para que se convierta en escritora. Para obtener esta ayuda, el único requisito que el misterioso filántropo exige a Judy, y que ella cumplirá encantada, es el de escribirle una carta cada mes informándole de los progresos en sus estudios y los detalles de su vida cotidiana en la universidad. En esta deliciosa novela epistolar, Jean Webster nos permite asistir, como espectadores de lujo, a la evolución personal de su joven protagonista, así como a su crecimiento intelectual y social. A lo largo de la obra se destilan los propios valores que la autora siempre defendió y que la llevaron a construir este personaje fuerte e independiente que, sin renunciar al amor cuando se le presenta, es capaz de hacerse valer por sí misma. «Jerusha tenía imaginación, ¡vaya si la tenía! Sin embargo, por muy ilusa que fuera, no podía llevar su fantasía más allá de los pórticos de las casas a las que deseaba acceder. La pobre Jerusha, con sus ansias de vida y de aventuras, jamás en sus diecisiete años había entrado en una casa y convivido con una familia de verdad». Jean Webster