Desde los Valles Occidentales hasta el macizo de la Maladeta, el Pirineo aragonés nos descubre un territorio fascinante donde se aúna como en ningún otro lugar la tradición y cultura de sus pueblos con una naturaleza que adquieren en estas montañas su máxima expresión. Bravos ríos que se abren paso entre profundas gargantas, mágicos bosques de hayas y abetos que llenan de colores las laderas de las montañas, encantadoras aldeas que descansan detenidas en el tiempo en el fondo de los valles o nieves perpetuas que engalanan cimas que se elevan más allá de lo imaginables, componen un territorio salvaje y sorprendente que ocultan miles de tesoros. Un lugar mágico que ofrece a los niños un abanico sin fin de posibilidades donde poder desarrollar todo su potencial, experimentar con el entorno, imaginar, jugar, y en definitiva, aprender y desarrollarse como personas.