Gerald Durrell fue cultivador asiduo del relato corto, género en que campa a sus anchas su inconfundible sentido del humor. Buena muestra de ello la constituyen las seis piezas reunidas en Filetes de lenguado, donde hallamos, entre otros, un nuevo y regocijante episodio de la familia Durrell y sus «otros animales» en Corfú («La fiesta de cumpleaños»), la accidentada secuencia de nervios y peripecias que desencadena en la exigua colonia blanca de una ciudad del antiguo Camerún bajo tutela británica la inesperada visita de un alto funcionario («Una cuestión de ascenso»), un incidente médico que desata esa carcajada incontenible que suele provocar el descalabro ajeno («Una cuestión de títulos»), o el relato que narra la entrada en la vida del autor de un personaje («Ursula») que el lector de Un novio para mamá y otros relatos, publicada en esta misma colección, recordará, sin duda, de forma inmediata.