Esta época se entrega a la velocidad, al cambio, a hacer más y más, más y más deprisa. No sabemos con claridad hacia dónde vamos, cuál es el destino de ese «progreso»;pero tenemos que seguir corriendo. Solo que correr también significa alejarse, dejar los recuerdos, el hogar, para irà ¿adónde? Xavier-François Bellamy nos presenta un elogio de la permanencia exponiendo las consecuencias de dejarse arrastrar por una sociedad acelerada. Mientras recorre con agilidad la historia que nos ha llevado hasta aquí, Bellamy nos anima a detenernos, a disfrutar de los lazos que han construido una cultura y una civilización. Sin renegar de los beneficios de la revolución técnica, señala lo que parece que se nos ha olvidado: los fundamentos que nos permiten habitar el mundo. «Hay un secreto lazo entre la lentitud y el recuerdo, entre la velocidad y el olvido», escribe Milan Kundera. Y la morada, poderosa metáfora, es el lugar donde la humanidad se manifiesta creando poco a poco espacios habitables en los que palpita un mundo interior. Este libro contiene una necesaria llamada de atención ante la loca voluntad colectiva de entregarse a la fascinación por la rapidez y la novedad. ¿Seremos capaces de recuperar las riendas de nuestro destino común?