Canto a mí mismo es uno de los poemarios más conocidos y renovadores de la lírica universal. Rompedor en forma y en contenido, el libro marca un hito que continuaría la lírica posterior. Un hombre pone su destino en la mesa y nos dice: Yo soy el que riega las raíces de todo lo que crece, y la prueba de quién soy la llevo yo en mi rostro, lo que diga sobre mí, debes tú señalarlo como tuyo, porque sólo lo que nadie puede negar existe. Ese hombre, Walt Whitman (1819-1892), y su destino, llegan a confundirse tanto que este siempre es aquel, y ambos somos nosotros mismos, porque, a la larga, lo que constituye este poemario es una declaración de todo lo que vive.