Muy, pero que muy lejos de aquí, un día vino al mundo un bebé pingüino que era distinto al resto. "Yo también sé limarme las paletas", dijo el pequeño pingüino al ver que los demás se limpiaban las aletas. "Y también visto de banco y negro", añadió. "¿Y a ese que le pasa ", exclamaron los otros pingüinos muertos de risa. El bebé pingüino se puso cada vez más triste. ¿Qué podía hacer para que no se burlaran Hasta que por fin tuvo una idea: "¡Me varcho de miaje!", anunció, pero no creyeron que pudiera irse de viaje él solo. ¡Pero vaya si lo hizo! Un álbum ilustrado sobre el cariño y la diferencia, sobre la curiosidad y la sorpresa.