La primera traducción al castellano de una obra completa de Krynicki, uno de los autores polacos más destacados de la posguerra europea. «Piedra, escarcha» es una pieza especial en su producción, pues documenta sentido de la distancia inédito en sus trabajos anteriores. Hay en este volumen testimonios de una escucha continua: el autor capta del lenguaje el ruido, los recién llegados, la suciedad y los crujidos. La sensación constante de difuminar la frontera entre el sueño y la vigilia, la vida y la muerte, la mirada al pasado profundo, los diálogos con los muertos.