El papá de Eira está enfermo y ella sabe que pronto ya no estará. Cuando su papá muere, Eira sigue con su rutina de siempre, pero nota mucho su ausencia. Se siente triste y no entiende bien a dónde ha ido o dónde está ahora su papá. Llega un momento en el que Eira se siente preparada para hacerle preguntas a su mamá. Juntas consiguen hablar de la muerte de su papá y entender cuál es ahora su lugar. Eira también aprende a sentirse mejor expresando sus sentimientos, miedos y preocupaciones y compartiéndolos cada noche con su papá. Puede que ya no esté a su lado, pero ella lo siente cerca de esta manera.