En un insólito mano a mano entre un ortónimio y su heterónimo. Trullo y Trull abordan un abanico de temas lo bastante amplio como para no aburrir, pero no tanto como para aturullar: la imaginación, el amor, la duda, la dignidad o el diálogo o la mismísima eternidad desfilan aforísticamente por este libro rico y matizado, pensado para ser releído una y otra, sin cansarse. ôEl título Nunca se sabe podría anunciar o que el libro estará lleno de escepticismo o de sorpresas. Éste lo está de sorpresas, empezando por la de que su escepticismo, aunque es verdadero, no excluye ni la fe ni el entusiasmo ni el agradecimiento, sino que los cimienta sólidamente. O sea, que lo uno, lo otro y, además, una síntesis inesperadaö. (Enrique García-Máiquez, del prólogo)