El náufrago que bebía whisky es un bestiario humano, una colección de monstruos en forma de temores, de esa bestia sobre cuyo lomo cabalgamos y que se llama Miedo. Los monstruos que nos atenazan a todos, como ese coco de las nanas con cuya visita nos amenazaban de pequeños si no nos dormíamos. En realidad, lo único que conseguían era provocarnos el insomnio pensando que si cerrábamos los ojos aparecería el monstruo bajo la cama. El libro que acaba de abrir es un viaje hacia las paradas de los monstruos que anidan dentro de nosotros () No hace falta definir lo que ha conseguido en este libro, porque solo tiene un nombre: Literatura.