En esta novela, un hijo se convierte en el cuidador de su padre con Alzheimer, explorando la transformación y la memoria. Una lectura esencial para entender cómo la fragilidad y la fortaleza se entrelazan en la vida y el lenguaje. El autor retrata el dolor como un poeta que se empeña en escribir un manual de botánica. Su mirada posee un extraño don: no necesita distinguir entre la frialdad y la ternura