En ajedrez los movimientos no se pueden rectificar. Cuando alguna pieza está mal situada, se la puede devolver a la casilla anterior con el costo de uno o más tiempos. En el caso de los peones, en cambio, nunca pueden moverse hacia una casilla donde ya estuvieron, lo que hace que la decisión de su movimiento sea irreversible. Esta condición convierte el juego de peones en uno de los aspectos más difíciles de la estrategia del ajedrez, y probablemente sea el motivo por el cual se hayan escrito tan pocos libros sobre el tema.