La subinspectora de los Mossos d´Esquadra Laura García viaja a Ribadeo para participar en un congreso europeo de seguridad invitada por un viejo amigo, el comisario de Policía Nacional Felipe Pereira, un sabueso de homicidios que, como él mismo dice, se dedica tan sólo a lucir palmito. Laura se alojará en una idílica casa rural en donde tanto inquilinos como los propios dueños guardan secretos que se entrelazan: no todos son lo que parecen ser. Una historia de narcos gallegos y sus relaciones con la mafia rusa, en la que también hay implicada una importante multinacional de seguridad y viejos espías. Una novela que se desarrolla además de en Galicia, en Barcelona y en L´Hospitalet de Llobregat, concretamente dentro de un importante congreso mundial de tecnología en el que se evidencia que el crimen del siglo XXI puede tener manifestaciones locales, pero es global.