Hacia 1830, un geólogo francés, Boucher de Perthes, descubrió junto a un río del norte de Francia, instrumentos de piedra muy antiguos. Se inauguraba la parte de la historia conocida como rehistoria, demostrando que existió una humanidad arcaica que subsistía con el trabajo de las manos y la fabricación de utensilios de sílex, cuarzo y cuarcita. Desde entonces, todos los investigadores buscan y estudian piedras trabajadas para hacer cuchillos en los yacimientos de más de 10000 años de antigüedad. Antes del descubrimiento de la cerámica y el metal, pareciera que el ser humano sólo empleaba piedras y su cerebro para enfrentarse al mundo. Pero eso no es verdad. La profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona, Raquel Piqué, lleva muchos años dedicándose a estudiar los contados restos vegetales que aparecen en los yacimientos arqueológicos. El último libro de la serie Origen, Cuadernos Atapuerca se dedica a repasar las más antiguas evidencias de la fabricación de objetos de madera en la historia de los seres humanos. Una labor detectivesca, debido a que las materias blandas no suelen conservarse. Hay