Charles Chaplin da un gran salto en su carrera al embarcarse en el formato largometraje con títulos hoy míticos: El chico, La quimera del oro, El circo... pero, cuando ha alcanzado la cima, llega un avance técnico que pone en peligro todo lo conseguido: el cine sonoro. El chico, en cierto modo, es una película que Chaplin dedica al hijo que perdió de su primera esposa, Mildred. Durante los primeros años veinte, Chaplin compagina sonados escándalos matrimoniales con sus grandes títulos, como La quimera del oro, que acaban por encumbrarle como genio del séptimo arte. La irrupción del sonoro pone en serio peligro la carrera de Chaplin. Se empecina, además, y como ningún otro artista de su tiempo, en mantener el cine silente contra toda la realidad del mercado. Sin embargo, el público no le abandona. Paralelamente, la ascensión de Hitler al poder y el nacionalismo nipón, que años después desencadenará la Segunda Guerra Mundial, ejercen una influencia directa sobre Chaplin, testigo privilegiado de los cambios sociopolíticos;se codea con celebridades como Churchill, Gandhi o Einstein. Su obra va a