Juan José Osacar recoge en Al final del camino una serie de testimonios autobiográficos que abarcan toda su vida, especialmente su infancia y juventud. Con breves relatos nos transporta a la España rural de postguerra, un mundo rural que ha desaparecido, haciéndonos participar de sus peripecias y del trato personal con sus vecinos y amigos. Las estampas de su pueblo natal, Yanguas, son especialmente conmovedoras: la vivencia de la naturaleza, a la vez en lucha y en armonía, la peculiaridad de las gentes, sus recuerdos de la escuela rural, el amor de la familia, el campo soriano