El sistema judicial no es consciente del impacto negativo que percepciones y prejuicios de género tienen en la forma de impartir justicia. Las decisiones judiciales, informadas por creencias y mitos preconcebidos, en lugar de hechos, pueden tener consecuencias perjudiciales y peligrosas, negando el acceso a una justicia equitativa y libre de prejuicios. Por ello, juzgar con perspectiva de género es necesario para proporcionar un acceso equitativo a la justicia. Hacer real el principio de igualdad, no permite neutralidad. Las posibles barreras necesitan ser identificadas y eliminadas para permitir juzgar con esta perspectiva aquellos casos en que se comprometan relaciones asimétricas o estereotipos de género. Ahora bien, juzgar con perspectiva de género no es una tarea fácil. Este estudio doctoral analiza cómo este enfoque, guiado por el principio de mainstreaming, fue aplicado en contextos judiciales españoles e internacionales. Asimismo, desarrolla una nueva metodología para juzgar con perspectiva de género, cuyo objetivo es ayudar a quien se enfrenta en su trabajo diario con la responsabilidad crucial de impartir justicia efectiva, informada por estándares y legislación nacional e internacional. El primer capítulo aporta un marco filosófico para la justicia aplicada con perspectiva de género, que surge impulsada desde las teorías feministas del derecho que cuestionan la objetividad del ordenamiento jurídico que no representa la razón universal sino la de quienes detentan el poder patriarcal. La noción de ôimparcialidadö es opresiva. Un nuevo modelo de igualdad vindicado en la diferencia social es necesario, para superar las limitaciones de un modelo basado en la comparación social. Reconocidos estudios y teorías del campo psicosocial muestran cómo los estereotipos, categorizaciones y prejuicios funcionan a nivel cognitivo. Según los referidos estudios, cuyas principales claves se exponen en el capítulo segundo, estas ilusiones cognitivas se utilizan como verdades categóricas y guiones psicosociales para etiquetar a las personas. Cuando van más allá de nuestro tejido perceptivo, las identificamos como nuestra propia forma de pensar, de ahí que la educación se identifique como el antídoto necesario para franquear el uso de categorizaciones de género. En el tercer capítulo de la tesis se introduce una técnica sistemática de argumentación vertical para administrar justicia equitativa. Esta técnica se basa en jurisprudencia internacional, europea y española, que apoya el imperativo de juzgar con una perspectiva de género. El cuarto capítulo examina los fundamentos de la justicia con perspectiva de género, señalando la necesidad de proporcionar formación en derecho internacional antidiscriminatorio para quien trabaja o pueda llegar a trabajar en el sector judicial. Asimismo, explora varios protocolos y guías existentes, que ponen de manifiesto que este enfoque judicial se usa ya en distintos países. El quinto capítulo detalla la nueva metodología propuesta para juzgar con perspectiva de género en el orden de lo social, como referente para facilitar una hermenéutica judicial de género susceptible de aplicación a todas las fases del proceso social. Esta se puede resumir en tres acciones concretas: a) identificar desde el análisis crítico judicial, b) corregir integrando una perspectiva de género, y c) compensar mediante una justicia reparadora, preventiva y transformativa. Dos mapas jurídicos de género se incluyen en el Anexo, a modo de resumen visual sintetizado. El estudio concluye afirmando la existencia de dos enfoques distintos en la manera de administrar justicia: mientras que uno, formal y mecánico, perpetua las asimetrías sociales de género, el otro administra justicia equitativa con una perspectiva de género, contribuyendo así hacia una sociedad más justa y equitativa.