En este libro, el título, Noches de insomnio, marca el ritmo. En él se destripan los sentimientos y obsesiones que levantan la noche. Se escarba en lo oscuro, en lo no dicho. La escritura parte de la herida de un cuerpo que ve descanso en el amor, y en la tierra. Se trasciende lo vivido para ahondar en lo simbólico. El paso de los poemas está perfilado por una cotidianeidad que sostiene lo complejo que es vivir, el espacio que se crea entre el descanso y el dolor, y la búsqueda de un lenguaje donde hacer incisiones y remendar.