Astérix se ha convertido en uno de los cómics más eclécticos y polivalentes de toda la historia. Marca un antes y un después en la producción del cómic, primero en Francia y después globalmente. Astérix es especial porque nos transmite unos hechos pasados que condicionan la política y la sociedad de hoy en día. En España, el cómic fue uno de los grandes protagonistas de las grandes editoriales juveniles del momento, tanto en época franquista como en la transición, y hoy en día sigue siendo editado en múltiples formatos, lenguas y dialectos. Gracias al trabajo artístico creado por René Goscinny y Albert Uderzo debemos considerar Astérix como una fuente y un medio de transmisión sobre el mundo antiguo y la cultura celta, la Francia de la V República, y de las preocupaciones o inquietudes de la sociedad de los años sesenta y setenta del siglo XX.