Me llamo Estefanía, soy madre de tres hijos y estuve felizmente casada. Mi día a día era siempre el mismo: me levantaba, atendía a mis pequeños, los llevaba al cole, desayunaba con mis amigas, hacía la compra, sacaba a mi perra y me iba al trabajo. Todo era perfecto y yo me sentía una mujer feliz. Pero, tras veinte años de matrimonio, todo se trastocó cuando me enteré de que ese marido al que tanto veneraba, y por el que siempre había puesto la mano en el fuego, me estaba engañando con otra. Así que me divorcié y aprendí a aceptar que Alfonso y yo ya no somos más que los padres de tres preciosos niños y unos auténticos desconocidos. Poco a poco voy empezando a disfrutar de la libertad que me da mi nuevo estado civil y, por qué no, de ir encontrándome con Diego, el vecino buenorro de la urbanización de mis padres por el que todas suspiran. Hasta que una tarde me invita a cenar. Él y yo solos.