Un trabajo. Dinero. Un marido. Ésas son las tres condiciones que su padrastro, Louis Cochrane, le ha puesto a Gracie para cumplir su promesa y permitirle conservar lo que más le importa. El problema es que cualquiera de las tres es demasiado complicada para ella. Ha dejado su currículum por todo Manhattan, pero nadie ha querido contratarla. Sin trabajo le será imposible reunir el dinero. Y lo de casarse es aún más difícil. Sin embargo, cuando todo parece más imposible que nunca, Conrad Sullivan irrumpe en su vida con sus propias condiciones. Gracie tendrá que mudarse, dejar atrás su ciudad y todo cuanto conoce. Conrad no es amable, no es simpático y no está por la labor de ponerle las cosas fáciles, pero Gracie no va a rendirse.