«El final de aquella nochevieja siempre quedará en mi memoria como un precioso recuerdo. El bar ya estaba vacío, sólo quedábamos nosotros cantando y bailando canciones de nuestra adolescencia: Pereza, Amaral, Estopa# Camisas abiertas, corbatas en la cabeza, pies descalzos, tacones en la mano. No puedo recordar cuántas veces brindamos Rita, Sofía, Martina y yo por el principio de nuestra bonita amistad, que deseábamos fuera para siempre. Con el penúltimo chupito entrelazamos nuestros brazos. Samu y yo nos miramos sonriendo. - ¡¡Por el 2017!! -gritó Samu. - ¡¡Por el 2017!! - respondimos levantando nuestras copas ya aguadas. 2017. Comenzaba el peor año de mi vida. »