Es notorio que a partir de 1966 soplaron nuevos vientos en las letras españolas. El hastío ante el nacionalcatolicismo había provocado el surgimiento de una cultura de la disidencia más o menos subterránea, más o menos subversiva. Ni el realismo social como estética podía satisfacer ya las ambiciones de los jóvenes creadores, ni la necesidad de combatir el régimen franquista desde el interior de la obra de arte parecía un programa aceptable. O no lo era sin hacer estallar desde dentro la mera idea de obra de arte. Tampoco sin romper con la experiencia de una creatividad subordinada al servicio de una causa. Se impuso entonces una profunda reflexión sobre las condiciones de una imaginación creativa, teórica y crítica, y también vital, que aspirara a reengancharse al tren de la modernidad estética. De esa reflexión, en absoluto ajena al contexto internacional de revueltas y transformaciones vividas aquellos mismos años en Europa y en América con la emergencia de la juventud como nuevo sujeto histórico, surgieron nuevas formas de escritura que recuperaron la lógica de la ruptura en todos los géneros, reavivaron el experimentalismo de la vanguardia revivida críticamente ya como neovanguardia, y absorbieron en tiempo real el escepticismo lúdico y los relativismos de lo que pronto se denominaría posmodernidad. No hay que olvidar, además, que en España todo ello se produjo en el seno de una sociedad toda-vía acogotada por el Estado franquista, sin libertades ni derechos democráticos, y para la que el horizonte de un cambio político seguía siendo del todo incierto. Este libro ofrece un conjunto de estudios sobre aquellos cambios que transformaron la literatura y el pensamiento literario desde el segundo lustro de los años sesenta, impulsados por una voluntad de impugnación, tácita o expresa, de cuanto pudiera asociarse tanto con la cul¬tura franquista como, en buena medida, con los denuedos críticos y rebeldes de la cultura antifranquista. Aquel conjunto de mutaciones y novedades, encabeza¬das en su mayor parte por la generación más joven, y secundadas a menudo por muchos escritores del medio siglo, fue configurando una escritura de nerviosa contemporaneidad, estimulada además por su conexión con las corrientes forá¬neas y su poder liberador, así como por el engarce con el legado de la cultura republicana, no siempre inteligible para las «nuevas sensibilidades». La insubor¬dinación estética se cargó de valor polí¬tico y moral, y aquella Transición cultural, sometida aún a la intimidación de la dic¬tadura, logró pavimentar el camino por el que discurrirían la novela, la poesía, el ensayo, el teatro y hasta la joven filosofía en una España que había empren¬dido ya el camino de la democracia. Domingo Ródenas y Jordi Ibáñez Fanés son, respectivamente, profeso¬res de Literatura y de Filosofía en el Departamento de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra. Sus publica¬ciones más recientes son, de Ródenas, El orden del azar. Guillermo de Torre entre los Borges (2023) y, en esta misma colección, Las dos modernidades. Edad de Plata y tran¬sición cultural en España (2021), coordi¬nado con Jordi Gracia. De Ibáñez Fanés los ensayos Gabriel Ferrater i la política (2022), Trías y el joven Trías (2023) y la novela Infierno, Purgatorio, Paraíso (pre¬mio de la Crítica 2022).