En esta Fábula del gato, el espejo y el cuadro, poco conocida para los lectores en español, Mark Twain nos habla de lo bonito que puede llegar a ser un cuadro y, como en toda buena fábula, utiliza a los animales para mostrar con mucho humor las virtudes y defectos de los hombres. Algunos, como el gato, dejan ver su inteligencia y otros su cabezonería al caer en el mismo error por no saber ver lo que tienen delante. Una divertida fábula para los más pequeños, que hará reír a los mayores. Las ilustraciones de Carla Olivé harán las delicias de los lectores.