Visibiliza la huella de la cultura material, el arte, las imágenes e incluso las lecturas americanas existente en Madrid a través de una colección de estudios que ofrece testimonios de una circulación global y de la capacidad de las imágenes, los objetos y las personas para generar relatos a un lado y otro del Atlántico en el ámbito de la religiosidad, las bibliotecas, el coleccionismo y el comercio, entre otros.