En el convulso y rico siglo XVI, Teresa de Jesús realizó una reforma del Carmelo insistiendo a sus monjas en tres virtudes básicas: «amor de unas con otras, desasimiento de todo lo criado y humildad verdadera». En Las moradas del castillo interior explicó, en su practicidad y sencillez, con su lenguaje y su estilo propio, un sendero místico que desemboca en el matrimonio espiritual del alma con Dios, dejándose llevar con total confianza por el Espíritu Santo. A seguir y comprender mejor ese camino, a descubrir cómo es el alma según santa Teresa, nos ayuda este comentario del autor a la obra de la Santa.