Nuria ha dado a luz a su primer hijo a los cuarenta años. Al nacer Jerónimo, los recuerdos de toda su vida salen a flote. Sin poder remediarlo, va siguiendo como un hilo de Ariadna los laberintos más profundos de su memoria, sacando a la luz secretos de familia. El relato de momentos importantes a cada paso de su vida, demuestra cómo poco a poco se fue forjando su carácter y desarrollando su personalidad. Nuria tuvo que aprender a vivir con la imagen de niña fea que le inculcó su madre y las comparaciones con sus hermanas que siempre sufrió. Así fue creciendo una celosía tremenda que tuvo que aprender a dominar. Tuvo que alejarse, romper los vínculos con toda su familia para aprender a vivir. Sus múltiples experiencias por el mundo le permitirán apaciguar sus frustraciones, pero nunca conseguirán borrar las huellas de su infancia.