Hace unos días que el gorrión ha anidado en las ramas más tranquilas del árbol de la plaza de la Fuente. Desde que ha llegado, es el primero en levantarse y piar sonriente al salir el sol para decir buenos días al vecindario, hasta que una mañana un trueno lo despierta, de repente, al amanecer: «¡PUM!». ¿Qué es ese ruido tan desagradable