Desenterrar el pasado persigue profundizar en nuestro pasado más difícil: el de la violencia desplegada por el franquismo. Los rebeldes durante la guerra civil y el franquismo cometieron fusilamientos, castigaron a los vencidos, liquidaron las libertades, encerraron a los republicanos en cárceles o los emplearon para construir sus monumentos. Todo ello quedó borrado de la historia, silenciado en los documentos. En cambio, se construyó una nueva narrativa, se erigieron monumentos que afirmaban una interpretación de la guerra determinada y se lanzó al olvido a media España.