La primavera está a punto de llegar, pero parece que este año se demora demasiado. La preocupación crece entre los habitantes del poblado porque las cosechas se perderán y la tierra quedará baldía. Lena decide salir a hablar con Montaña para que deje su manto blanco y por fin se cubran de flores los campos. Tras mucho esfuerzo la conseguirá convencer de una manera dulce y sutil. Lo que el ruido o el fuego no han conseguido las dulces palabras de Lena lo hará.