Las autoras, Macu, Queli y Yoya, y autores, Carlos y Nacho, de Para Lisa:Meditaciones sobre la ira se han situado, en esa línea clásica que llega desde Aristóteles o Epicuro, pasando por Voltaire, hasta Fernando Savater o Ana de Miguel, ante una hipotética prosélita para dirigirle sus reflexiones sobre el pasado, presente y futuro de la ira. Se trata de Lisa, una adolescente espabilada y atenta (¿acaso el resultado del crecimiento natural de una Lisa Simpson ) cuyo nombre es, precisamente, el de la diosa griega de la ira. Y a ella le hablan de la mala prensa que históricamente ha tenido la ira, de su perfil de síntoma psicopatológico, de sus manifestaciones que desbordan lo subjetivo/individual para configurarse como respuesta colectiva ante la opresión específica, o de sus legitimaciones (divinas o institucionales). Todo ello para recuperar su papel, en el caos de este mundo, como agente político desencadenante de posibles (aunque no necesariamente probables) procesos, razón mediante, de toma de conciencia colectiva para el cambio del "estado de cosas". Una suerte de adrenalina imprescindible para asumir lo