Un nuevo revés laboral, un desengaño sentimental, una profunda sensación de desarraigo y la oportuna intervención del azar son los ingredientes que provocan la marcha de Dani desde Madrid hasta un pequeño pueblo del norte de España. Allí se hará cargo de una biblioteca municipal cuya apertura es, según descubrirá muy pronto, el resultado de un terrible error administrativo. Nadie en Valdagua muestra el menor interés por la lectura y el protagonista se verá obligado a luchar contra la desidia del alcalde y de los propios vecinos para poner en marcha un espacio cultural que parece destinado al fracaso. Con el paso de los días, el improvisado bibliotecario irá tejiendo una curiosa red de relaciones sociales y aprenderá a comprender la realidad de un entorno rural que, en su inquebrantable condición de urbanita, le resulta completamente insólito. La biblioteca imposible es una historia poliédrica que trata de la soledad, de la falta de arraigo y de expectativas, pero también de la capacidad de adaptación, de la sexualidad, de la debilidad del sistema político y de la importancia de las relaciones humanas. En definitiva, la narración va mostrando, a veces de manera casi imperceptible, muchas de las dificultades a las que se enfrenta el ser humano a lo largo de su vida, sobre todo cuando trata de cambiar el rumbo de su existencia y de salir de eso que se suele denominar la «zona de confort». Estructurada en forma de capítulos muy breves, La biblioteca imposible va desgranando distintos pasajes de la vida del protagonista, yendo y regresando de Madrid al norte, del pasado al presente, del desencanto a la ilusión, y avanzando hacia un final inesperado, pero en definitiva coherente con el conjunto de la historia.