El videojuego, como un artefacto cultural y artístico complejo, va más allá de la concepción de juego como juguete, e incluso como comportamiento, para proponernos experiencias que nos hablan de la cultura y el contexto en el que se producen y se consumen. La obra supone una apuesta por acercarnos a algunos videojuegos que ponen en valor experiencias que transitan algunas problemáticas contemporáneas y que desde el análisis de las mecánicas, la narrativa o la estética, ponen en valor la subjetividad vinculada a lo humano.