En Fugu se entremezclan como grafitis en un vagón de metro: fotografos que disparan con los ojos en vez de con la cámara;inventores de palabras para el amor: eccehomos bailando las danzas de la muerte: negros que tocan jazz con una cuerda y un barreño;mitologías urbanas de dragones de aluminio;la estética del vacio adoptada con pasión como último mecanismo de audefensa ante un mundo desporvisto de ética, donde el fingimiento es más importante que la vida;desamor de traidores que nos empujan a sobrevolar Manjatan en un Helicóptero-Caronte hacia el olvido;los pasillos de un manicomio sorprendenye, posible e imposible...