La filósofa francesa Simone Weil, judía, revolucionaria, heterodoxa, apasionada, radical, estuvo al lado de los más desfavorecidos en las fábricas, en las huelgas, en las guerras, en el exilio, en la adversidad y hasta en la muerte. Estamos ante una de las grandes místicas judías de la modernidad junto a Edith Stein o Etty Hillesum. Como ella misma afirma en carta a un religioso, su vocación es «ser cristiana fuera de la Iglesia», pero, como escribió en sus Escritos históricos y políticos: «Yo no soy católica, aunque nada católico, nada cristiano me haya parecido nunca ajeno».