Etimológicamente, manipular significa mover algo que cabe en una mano;por ello, inicialmente se refería a la acción de manejar o controlar pequeños objetos. Sin embargo, este verbo ha pasado a describir el poder que ciertas personas ejercen sobre individuos vulnerables. Estos se convierten en víctimas de agresores que no solo emplean un lenguaje directo, ofensivo y mordaz, sino también uno que se disfraza de oveja, utilizando palabras sutiles y casi imperceptibles para ejercer control de manera encubierta. El lenguaje, presente en el ADN social del ser humano, se transforma en el enemigo del hablante, pasando de ser un medio para el consenso y el pacto a convertirse en un arma mordaz, insultante y vejatoria, incluso en conversaciones aparentemente amistosas. Pero como en el amor, siempre hay grados de violencia, y este tema es el que se aborda en este libro. En este manual se analiza el vínculo entre el lenguaje, la lingüística forense y la criminología, con el objetivo de proporcionar claves para descifrar un mensaje y detectar su violencia oculta. Además, se exploran diversas metodologías que permiten identificar patrones lingüísticos asociados a conductas agresivas, facilitando la incorporación de elementos clave en la elaboración de un perfil criminológico. Mireia Hernández Esteban, licenciada en Filología Clásica y Consejera Superior en Ciencias Forenses, ejerce como perito judicial en el ámbito de la documentoscopia y como profesora de Lingüística Forense en la Universidad de Barcelona. En los últimos años, ha enfocado su carrera en el estudio de la lingüística forense, ámbito en el que ha publicado dos libros: Lingüística Forense Básica. Metodología para la atribución de autoría (2016) y Plagio y Lingüística Forense (2022). Además, ha profundizado en la investigación sobre la violencia en el lenguaje, un tema que ha abordado en diversas plataformas, como el podcast de RTVE Correspondencia criminal.