En el París herido por la depresión económica de principios de los años treinta, un joven de origen humilde se enamora de la hija de un banquero. La relación con Édith le abre a Jean-Luc una ventana a un mundo de riqueza y poder al que solo ve una manera de acceder: casarse con ella. El matrimonio no le reporta la felicidad que esperaba, pero le permite mantenerse al acecho de oportunidades de medrar, y lo consigue, hasta que un día sus sentimientos le traicionan. La presa vio la luz en 1938, en un contexto de inestabilidad global. A lo largo de sus páginas, Irène Némirovsky pone de manifiesto una vez más su conocimiento de la naturaleza humana y despliega un amplio catálogo de las pasiones que mueven el mundo: la ambición, la envidia, el resentimiento y, sobre todo, el amor