Una silla amarilla espera sola en medio de la maleza. Como se descubre dentro de estos poemas, en el estar, en el sola, se encuentran nuevos caminos y nuevos nombres. Se encuentran nuevos lugares a los cuales pertenecer sin traicionar a quien el corazón te dice que eres. Con un lenguaje cementado en el respiro y en las pausas naturales a las que llega nuestro aliento, Silla amarilla pretende desafiar nuestras perspectivas en cuanto a la soledad, en cuanto a la rareza, en cuanto al sentirnos la única criatura de nuestra forma y piel. Algunos momentos serán tristes, algunos momentos estrecharán los brazos hacia los mundos conocidos y ya cómodos. Sin embargo, con estos poemas, una voz nos pide esperar solamente un poco. Cada poema nos alienta a sentarnos en lo diferente por solo unos segundos. Cada voz nos enseña a reconocer lo incómodo como amigo, lo raro como victoria. Un conjunto de emociones espera dentro de estas páginas. Con un poquito abrir de corazón, y ojos, tal vez una de estas voces te hará reconocer los tropiezos de la vida como tus mejores pasos, como tus siguientes aventuras.