Encontramos que la física cuántica puede implicar un auténtico revolcón para nuestra teología clásica, para nuestra religiosidad, y también para la espiritualidad. Este libro viene a demostrarlo. Quienes se abran sinceramente a este nuevo paradigma, necesitarán evolucionar, crecer, crear nuevos lenguajes, dejando a un lado viejos símbolos, supuestos, creencias y hasta categorías tradicionales, que ahora nos atrasan y confunden, porque perpetúan un viejo relato que no sólo ya no nos ayuda, sino que nos hace daño, porque nos hace persistir en unos viejos errores sobre el mundo de los que hoy estamos liberándonos y que ahora vemos que implicaban verdaderos errores sobre Dios.