¿Y si te dijera que la magia existe? Los magos, los ángeles, lascriaturas, todo es real incluso los deseos. Cada mago debegastar su magia de algún modo, Alexander Leblanc concededeseos a cambio de historias o recuerdos, luego guarda su pagaen frascos mágicos que eligen al azar el precio a pagar... y siguecon su vida. Una rutina monótona y constanteHasta que conoce a Lucian Asher.El no tiene idea de la magia, pero cree en ella. Alexander jamáspudo imaginar que ese niño era mitad ángel, un tabú contra lasleyes de los magos, y ni todos los oráculos del mundo pudieronhaber adivinado que ellos se vincularían sin darse cuenta y que,el precio de sus deseos, sería que Lucian debía olvidar aAlexander cuando fueran concedidos.Es un embrollo gigante y Alex no puede pedir ayuda porque elConsejo de magos lo odia. Pero lo cierto es que los enfrentaría aellos y al Apocalipsis con tal de que Lucian no lo olvidara.Atravesaría un infierno solo para que su amado ángel recuerdeaunque sea un poco de él y lo ame también.El mago no encuentra el modo, pero la magia y el destino sí. Elfrasco de deseos está por llenarse y todo lo que ha sido dado sepuede devolver.Lucian Asher ha soñado con él. 10