A partir del surgimiento de la fotografía en 1840, se produjo un cambio sin antecedentes en la historia de la representación que generó nuevas formas de intervenir la realidad. De este modo, se inauguró lo que Sorlin acuñó como "el siglo de la imagen analógica". Tomar una fotografía, encender la televisión son para nosotros actos ordinarios que ejecutamos sin reflexionar. Sin embargo, los aparatos de registro gráfico pertenecen al universo de la máquina y, como todas las invenciones de la era industrial, alborotaron viejos hábitos. Nuestro ojo es un aparato óptico que refleja lo que se encuentra frente a él. Sin embargo, los seres humanos no perciben lo que registra la mirada. Privilegian en su entorno lo que responde a su propia curiosidad e interés.