Desde los tiempos de la primera evangelización, la Biblia ha desempeñado un papel muy importante en la vida de la Iglesia en América Latina. Desde la Asamblea de Medellín hasta la Conferencia General de Aparecida (Brasil, 2007), la Iglesia ha recomendado su lectura asidua como medio privilegiado para conocer la voluntad de Dios en los cambiantes signos de los tiempos. Gracias al impulso de estas recomendaciones, la Biblia se ha difundido entre las comunidades cristianas y los creyentes buscan en ella luz y orientación para su vida cotidiana. La Biblia de América es una de las traducciones que ha contribuido al crecimiento de la fe y al desafío evangelizador de América Latina. En la preparación de dicha Biblia trabajó un equipo de cuatro expertos biblistas latinoamericanos procedentes de distintas áreas lingüísticas: México y Centroamérica (Mons. Carlos Aguiar Retes), Países Bolivarianos (P. Mario Alvarez Gómez) y Cono Sur (Mons. Santiago Silva Retamales y el P. Horacio Simian-Yofre). El objetivo de esta traducción ha sido, desde sus orígenes, facilitar la difusión de la Palabra de Dios en América.